martes, 25 de agosto de 2015

Hubo una vez un genio, de esos que salía de lámparas maravillosas concediendo deseos, que se hizo tristemente famoso por sus chapuzas. Cada vez que alguien frotaba la lámpara, y el salía a responder "¿Qué deseas?", surgía una gran nube de humo y volaban cientos de cosas por los aires. Y si alguno de sus amos quedaba con ganas de pedir un deseo, al concedérselo, el regalo salía entre una nube de porquería y cubierto de polvo.
Tantas y tan penosas eran sus chapuzas, que nadie deseaba tener un genio así. Su lámpara terminó sirviendo sólo para dar patadas, como un bote cualquiera, y el genio estuvo años sin salir, triste y deprimido. Hasta que un niño solitario encontró la lámpara y pudo escuchar los lamentos del genio. Entonces decidió hacerse su amigo, y su único deseo fue poder entrar y salir de la lámpara para estar con él. Éste se mostró encantado, pero en cuanto el niño puso el pie en la lámpara, comprendió el problema de aquel genio chapuzas. No es que fuera un mal genio, ¡es que no podía ser más desordenado! Todo estaba tirado por cualquier sitio, sin importar si se trataba de joyas o libros, barcos, o camellos, y se notaba que no había pasado un plumero en años. Como era un genio, tenía de todo, y como la lámpara también era pequeña, estaba todo tan apretujado que era normal que saltara por los aires en cuanto se movía la lámpara y el genio trataba de conseguir algo.
El niño se llevó las manos a la cabeza, y el genio se excusó diciendo que el trabajo de un genio era muy importante y no tenía tiempo para esas cosas, Pero su amigo, que recordaba los buenos consejos de su madre, le explicó que cuanto más importante fuese su trabajo, más orden debía guardar con todas sus cosas, y juntos se dedicaron a dar un buen repaso a la lámpara. Les llevó unos cuantos días, pero al terminar, todo estaba reluciente y cada cosa tenía su sitio especial. Resultaba facilísimo encontrar cualquier regalo y cogerlo sin romper nada.
Así, el genio volvió a ser admirado y respetado por todos, y aprendió que nada grande puede llegar a conseguirse sin tener orden y limpieza con cada cosa pequeña
.

martes, 23 de junio de 2015

El orden, un valor indispensable para la vida

El orden es un valor que se aprende en el hogar y nos acompaña para toda la vida. El orden es un valor que se aprende en el hogar y nos acompaña para toda la vida. Hay quienes son ordenados por naturaleza, pero para otros el orden es un valor que se debe adquirir. 

El orden implica responsabilidad, organización y limpieza, pues ser ordenado nos lleva por si solos a ser responsables, organizados y limpios. De cualquier forma, el orden es indispensable para triunfar en la vida y de ahí la importancia de educar a los hijos desde muy pequeños en este valor.

“No ordenes tu casa porque esperas visita. Mantenla ordenada, aseada y agradable para complacencia de los visitantes de todos los días: tu y las gentes que contigo la comparten”.--Mario Sarmiento V.
Los niños necesitan que los padres les enseñen a ser ordenados, si los padres no son ordenados ¿Que sentido tiene exigirles el orden a ellos?

lunes, 22 de junio de 2015

Los Valores

Los valores son las propiedades o características que nos hacen mejor persona. Una persona es definida por su personalidad y sus cualidades (valores). Los valores construyen la personalidad de la persona en si.

Los valores son aprendidos en el hogar gracias a la familia, luego son reforzados en la escuela.

Si la familia de a persona no sabe enseñar bien los valores esta persona no podrá tener una buena formación académica a través de los años.

Por eso debe practicar los siguientes valores en su vida: